Definir correctamente el target es clave para el éxito de un negocio, pues un mismo producto o servicio tiene distinto valor para diferentes personas. De esta definición dependerá el tono y la forma de la comunicación y la propuesta comercial.
Las empresas deben reconocer cuál es el público al que se dirigen y dirigir sus esfuerzos de marketing, publicidad y venta a captar la atención específicamente de esas audiencias. Este público es lo que se conoce como target.

En los últimos años se ha cultivado el término buyer persona, una forma evolucionada del target comercial. Es una representación del cliente ideal de una empresa, basada en datos cualitativos y cuantitativos obtenidos de una investigación de mercado, competidores y perfiles de consumidores existentes.
Aunque resulta muy útil para orientar esfuerzos para establecer contacto con prospectos de clientes específicos, es un error enfocarse solo en el buyer persona y omitir el target, o pensar que ambos conceptos son lo mismo.
El buyer persona se define después de haber determinado el target, pues es un conjunto más específico y reducido de personas.
Target es el público de interés al que se dirige una empresa con el fin de establecer relaciones comerciales. Son clientes potenciales con características que los hacen proclives a adquirir cierto producto o servicio.
1. Hace referencia a un colectivo de personas, que comparten características como la edad, género, lugar de residencia o hábitos de consumo.
2. Se define antes de la operación comercial, a través de análisis y estudios de mercado, de tal forma de orientar las estrategias de marketing y ventas.
3. Implica que los esfuerzos de marketing se dirijan a un mayor número de personas, algunas de las cuales no están interesadas en el producto o servicio. Ello no es algo negativo, sino algo natural en el proceso.
Existen diversos criterios para definir un target. Detallaremos algunos de ellos.
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