Probablemente has escuchado el término tagline, con frecuencia asimilado a slogan, como sinónimos. Sin embargo, no son lo mismo. Aquí te explicamos en detalle este concepto.
¿Te has fijado que muchas compañías acompañan su nombre y logo con una frase corta? Ahí tienes a Nike y su “Just do it”, Coca-Cola y “Destapa la felicidad”, McDonald’s con “I’m loving it” o Apple y “Piensa diferente”.
Eso justamente es un tagline, una frase que describe y resume en forma memorable la propuesta de valor de una marca. Combina elementos racionales y emocionales, con la misión de evocar una imagen en la mente de las personas y transmitir el mensaje de la marca.
Los taglines debieran hacer recordar a cualquier persona de qué marca se trata. Por eso, siempre están presentes y se repiten muchas veces.
Se diferencia del slogan en que éste, también una frase, se utiliza en campañas o productos específicos, mientras que el tagline es perdurable y solo se modifica si la marca quiere cambiar su posicionamiento en el mercado y la mente de las personas.
Como podrás deducir de su definición, el tagline tiene una importancia clave, pues sumisión es generar una evocación y conexión emocional de la marca con las personas. Es tan relevante, que incluso algunas marcas son reconocidas por su tagline.
El tagline es una poderosa herramienta de comunicación, diseñada para tener un efecto duradero y comunica la personalidad de la marca al consumidor con palabras sencillas y, si se elabora correctamente, comunica el beneficio general de lo que se le ofrece.
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