

Un cambio de paradigma. Zero party data es una de las claves de la transformación digital en la era actual. En un panorama digital en constante transformación, donde la privacidad de los usuarios es cada vez más prioritaria, el marketing basado en datos enfrenta uno de sus mayores retos: la desaparición de las cookies de terceros.
Este cambio ha llevado a muchas empresas a replantear sus estrategias de marketing de base de datos y respuesta directa, y a buscar alternativas para seguir ofreciendo experiencias personalizadas sin comprometer la privacidad. Aquí es donde entra en juego el concepto de zero party data.
Es la información que los propios consumidores comparten de forma voluntaria y directa con las marcas. A diferencia de las cookies de terceros, que recopilan datos sin el conocimiento explícito de los usuarios, el zero party data se basa en la transparencia y el consentimiento.
Los consumidores, conscientes del valor que aportan sus datos, eligen compartir información específica con las marcas para mejorar su experiencia y recibir contenidos o productos más relevantes.
Este tipo de datos puede incluir desde preferencias personales, intereses, hasta intenciones de compra, y es una de las formas más efectivas de obtener información valiosa sin recurrir a técnicas invasivas como el tracking. De hecho, estudios recientes han demostrado que los usuarios están más dispuestos a compartir sus datos si perciben un beneficio claro a cambio.
Si te preguntas qué es el tracking, junto con el tagging, son dos herramientas esenciales para recopilar datos de calidad. El tracking monitorea el comportamiento de los usuarios dentro de tu sitio web o redes sociales. El tagging te ayuda en el análisis de datos, previamente organizados y categorizados.
Para entender la importancia del zero party data, primero debemos comprender qué son las cookies de terceros y por qué su desaparición está causando tanto revuelo en la industria del marketing. Las cookies de terceros son pequeños archivos que se almacenan en el navegador del usuario para rastrear su comportamiento en múltiples sitios web.
Estas cookies han sido fundamentales para la publicidad digital durante años, permitiendo a los anunciantes crear perfiles detallados de los usuarios y entregar anuncios personalizados.
Sin embargo, la creciente preocupación por la privacidad de datos para marketing de contenidos y el endurecimiento de las regulaciones (como el GDPR en Europa y la Ley de Protección de Datos Personales en Chile), han llevado a los navegadores a limitar o eliminar el uso de cookies de terceros.
Google, por ejemplo, ha anunciado que para el año 2025 eliminará por completo las cookies de terceros en su navegador Chrome, siguiendo los pasos de otros navegadores como Safari y Firefox, que ya implementaron restricciones.
Este cambio ha generado una ola de incertidumbre entre los anunciantes y los marketeros que durante años han dependido de las cookies de terceros para ejecutar campañas de publicidad digital dirigidas.
Sin las cookies, las marcas pierden la capacidad de rastrear de manera efectiva a los usuarios en diferentes plataformas y sitios web, lo que afecta directamente la capacidad de segmentar audiencias y medir el rendimiento de sus campañas.
Aquí es donde entra en escena el zero party data como una solución viable y ética para el futuro del marketing. Al basarse en la voluntad del usuario de compartir su información, este enfoque permite a las marcas obtener datos precisos y confiables sin necesidad de invadir la privacidad del consumidor. Además, refuerza la relación de confianza entre las empresas y los usuarios, ya que estos últimos saben exactamente qué información están compartiendo y cómo será utilizada.
Es importante no confundir el zero party data con el first party data. Si bien ambos tipos de datos son recogidos directamente por las marcas, el first party data se genera a partir de las interacciones del usuario con el sitio web, como el historial de compras, las visitas a páginas o los clics en enlaces.
En cambio, el zero party data es proporcionado de forma intencional y explícita por el usuario, lo que lo hace aún más valioso, ya que refleja los deseos y necesidades actuales de cada consumidor.
Por ejemplo, cuando un cliente completa una encuesta voluntaria en una tienda online sobre sus productos favoritos o sus intenciones de compra a futuro, está proporcionando zero party data. Estos datos permiten a las marcas anticiparse a las necesidades del cliente y ofrecer productos o servicios alineados con sus preferencias.
A medida que las cookies de terceros desaparecen, las marcas deben adoptar nuevas tácticas para obtener zero party data de sus clientes. Aquí algunas estrategias efectivas:
Estas estrategias no solo mejoran la experiencia del cliente, sino que también permiten a las marcas construir una base de datos rica en zero party data, que es más confiable y está alineada con las expectativas de los usuarios.
La desaparición de las cookies de terceros y el auge del zero party data son solo parte de un cambio más amplio en el ecosistema del marketing digital. Las marcas que logren adaptarse a este nuevo entorno no solo mejorarán su relación con los consumidores, sino que también estarán mejor preparadas para cumplir con las normativas de privacidad que seguirán evolucionando en los próximos años.
En este contexto, la transformación digital no es solo una cuestión tecnológica, sino también ética. Los datos son el tesoro escondido del marketing. Las empresas deben aprender a gestionar y aprovechar los datos de manera responsable, garantizando la privacidad y transparencia en cada interacción.
Además, al adoptar enfoques como el zero party data, las marcas pueden ofrecer campañas más efectivas y alineadas con las necesidades reales de los consumidores, sin necesidad de depender de técnicas de seguimiento intrusivas.
En lugar de buscar atajos con el uso de cookies de terceros, las marcas pueden construir relaciones auténticas y basadas en la confianza, un enfoque que será clave para el éxito del marketing en el futuro.
El zero party data surge como una solución valiosa y ética que permite a las marcas seguir personalizando sus estrategias sin comprometer la privacidad de los usuarios. Al centrarse en la transparencia y la recolección de datos de manera voluntaria, las empresas no solo cumplirán con las normativas de privacidad, sino que también fortalecerán la confianza con sus clientes y clientes potenciales.
En un mundo donde la privacidad se ha convertido en una prioridad, el zero party data representa el futuro del marketing de base de datos y respuesta directa, ofreciendo una forma innovadora y ética de conectar con los consumidores. Y a medida que avanzamos hacia una era sin cookies de terceros, las marcas que adopten este enfoque estarán mejor preparadas para los retos y oportunidades del marketing digital moderno.
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